Anteayer literalmente me marché de mi novio, por un mero hecho de estar molesto, sin ninguna despedida. Hasta ahora no he visto nada de su número en mi móvil.
A veces me reacciono de manera tan infantil que ni siquiera yo mismo me lo puedo creer. Recientemente este fenómeno se ha convertido en algo bastante raro en mi costumbre. Sin embargo, de vez en cuando no puedo dominar el capricho emocional tan bien que me salga por mis acciones considerablemente estúpidas.
Ningún tío que conozco en mi vida se marcha así como así cuando se ve molesto. Pero yo sí. Porque soy yo. Y siempre lo hacía.
No quiero buscar ninguna explicación lógica para justificar lo que hice. Era puramente emocional, provocado por la ignorancia y negligencia acumulada días tras días. No me gusta ser descartado. No quiero que me hagan caso omiso, especialmente MI novio. Me lo hicieron y sufría. Y ahora la Historia se está repitiendo otra vez. La diferencia es que esta vez me armaré con más ánimo y esperanza. Ya no jugaré más. Basta el apuesto. Bastante he perdido y no quiero perder más, ni tiempo ni nada.
Los 3 años han sido lo que sacrifiqué y puse adelante como el apuesto, pensando ganar al final, que quizás valgara la pena esperar y volver a encontrar. Todo no se derrumbe enseguida sino se corrosiona, poco a poco, carcomiendome la poco esperanza que me queda.
Si así es, será la lección más cara de mi vida. De hecho, ya lo es. He aprendido y crecido con esta ilusión amorosa, buscando el final feliz que nunca encontraré...con él.
No sé si cuando hablemos se solucionarán los problemas. No sé qué piensa de mí. No sé si se ha desvanecido la pasión. Desconozco la impresión que tiene sobre mí. Desconozco su vida sin mí. Y descozco si me reconoce cuando me vea en el sueño... jamás.
Sólo sé que quizás no valgan la pena los años que llevamos separados para volver a vernos y ... separarnos.
Monday, August 20, 2007
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